Bali, la Tierra de los Dioses.
- Analu

- 18 ago 2022
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 19 may 2023
Hay lugares que te encienden el alma y para mi Bali ha sido uno de ellos… Luego de dejar Jakarta, mi esposo y yo, aprovechando nuestro paso por Indonesia, decidimos pasar el fin de semana en Bali; bueno, realmente de viernes a lunes, para descubrir por nuestra cuenta, aquella isla color esmeralda que brilla con luz propia y que se hizo famosa por el libro (que dio lugar luego a la película): “Comer, Rezar y Amar” de Elizabeth Gilbert. Bali (que en sánscrito significa “ofrenda”) es una isla ubicada en la zona occidental de las Islas menores de la Sonda Indonesia; famosa por su cultura milenaria, terrazas de arroz, playas, arte, templos religiosos, lugares para meditar, practicar y perfeccionar el yoga… así que de entrada, puedo decir que esta isla se robó mi corazón!! Con 5636 km cuadrados, Bali está compuesta por una cadena montañosa, volcanes, incluyendo uno activo cuya última erupción sucedió en 1963; playas de arena blanca al sur y de arena negra al norte; con un clima tropical monzónico, cuenta con una temporada de lluvia desde los meses de octubre hasta marzo y con una estación seca. Encuentras personas que te hablan inglés, pero su idioma oficial es el Bahasa Indonesio (originado a partir del malayo), una lengua que traducida es, como si solo te hablaran en infinitivo, es decir, no tienen tiempo, porque para ellos solo existe el Presente, así que la temporalidad la da el complemento de la frase ("yo comer mañana"); no usan adjetivos calificativos negativos, porque ellos no juzgan, es decir, que nada es feo, es menos bonito. Su religión predominante es el hinduismo (90% de los habitantes) en una manera particular llamada "hinduismo balinés" (mezcla de doctrinas hindúes con ciertas culturas budistas), en medio de un país mayoritariamente musulmán. Llegamos a Bali luego de nuestro paso por Jakarta; una ciudad capital caótica, contaminada aunque con sus encantos; a una isla que es considerada como “La Joya de Indonesia”; un importante destino turístico hace décadas! Desde que llegas el aeropuerto, encuentras frases que te empiezan a contar sobre su cultura y costumbres, y es allí donde entiendes que el ADN de los balineses es el “Tri Hita Karana”, que traduce algo así como “Tres causas de bienestar” o “Tres razones de prosperidad “ que son: Armonía con Dios, Armonía con la Naturaleza y Armonía entre las personas… esa es su filosofía de vida! Te das cuenta que es una isla diferente; llena de simbolismo, religiosidad y espiritualidad que se nota desde tu recorrido del aeropuerto al hotel: donde cada rincón tiene un ambiente místico único, el olor a incienso que inunda cada lugar de la isla y en el lugar menos pensado encuentras una ofrenda (Canang Sari), una pequeña cesta de hojas de palma entrelazadas, con arroz, flores, frutas e incienso, usadas como agradecimiento diario y petición de protección a sus dioses.
Es muy común ver ofrendas y actos religiosos en cualquier lugar de la isla, con ese sonido musical tan característico y ese olor a incienso que encanta; los balineses hacen ofrendas a los dioses buenos para pedirles, a los malos para apaciguarlos y a sus ancestros para que les protejan y transmitirles su respeto.
Empiezas a ver durante tus recorridos por las calles que las casas están decoradas con elementos coloridos y con altos troncos de bambú llamados “Penjor”, decorados con mazorcas de maíz, hojas de palma trenzadas, telas amarillas o blancas y ofrendas suspendidas de ellos; usados para agradecer y pedir a los dioses que la cosecha de arroz que se aproxima sea abundante; estos penjor simbolizan las montañas que son los mejores lugares para la oración ya que están más cerca de los dioses.
Llegamos al hotel, el “Maya Ubud”, ubicado en la Ciudad de Ubud, uno de los principales centros artísticos y culturales de Bali, considerada como el corazón de las actividades espirituales de la Isla; donde locales, turistas y nómadas digitales viven en perfecta armonía entre templos hinduistas, centros de yoga, restaurantes tradicionales, artesanías locales y arrozales…
El gerente del hotel, muy amablemente, nos ayudó a contactar un guía que habla perfecto español y realmente fue lo mejor, pues para alguien que ama las historias, nada mejor que un buen narrador; su nombre: Andrés; bueno, realmente su nombre es Wayan que significa “primer hijo” y te explican que aquí tienen un sistema para nombrar a los hijos según su orden de nacimiento (wayan: primer hijo, Made: segundo…) así cuando conoces a un balines, sabes el lugar que ocupa en su familia… ademas aquí, el concepto de apellido no existe, así que, cuando mi esposo y yo les contamos que sabemos casi 8 apellidos heredados alternativamente de las familias paterna y materna, ellos solo se ríen pues nunca habían escuchado algo similar!
Así pues, con Andrés iniciamos nuestros recorridos conociendo la fábrica “Sari Amerta Batik Collection” especializada en batik (técnica de teñido textil por reserva que aplica capas de cera sobre las áreas que no se quieren colorear); cuenta con un gran almacén donde encuentras textiles y prendas confeccionadas.
De allí, Andrés y Willy, nuestro amigo conductor encargado de los desplazamientos, nos llevaron a la casa de un músico amigo suyo, cuya arquitectura tradicional muestra un perfecto equilibrio entre los espacios abiertos, la funcionalidad y la espiritualidad: lo primero que te encuentras es un portón o antepuerta que, según la tradición balinesa es usada para que los demonios y malas energías no ingresen a tu hogar; sigues caminando encuentras un “complejo arquitectónico” constituido por edificaciones con una función específica: el primero que encuentras es la cocina, ya que el fuego es usado para ahuyentar a los malos espíritus; luego encuentras un pabellón que sirve de dormitorio, un patio central, un templo para ceremonias (bodas, funerales) y un santuario ubicado hacia el norte, en dirección a los volcanes que se convierte en el lugar más sagrado del hogar! Rumbo a nuestra siguiente parada, se llegó la hora del almuerzo, así que nos detenemos en un delicioso restaurante típico, Dewa Malen, donde encuentras una amplia carta de comida de mar, ricas sopas, cremas, al igual que platos tradicionales y locales para todos los gustos; desde allí, lográbamos ver un señor con un palo de bambú con tres banderas azules atadas al extremo, que parecía “espantar” algo entre los arrozales... después de mucho averiguar, logramos entender que era un Pastor de Patos, (profesión bastante codiciada en Bali) quien se encarga de cuidarlos durante su jornada y de regresarlos a su corral para la hora de dormir! Continuando con nuestro recorrido, pasamos a visitar el siguiente destino: Pura Puseh Batuan Temple: un hermoso Templo cuya arquitectura balinesa con “puertas divididas” (como si alguna vez hubiese sido una puerta completa que en algún momento se “cortó” en medio), santuarios con techo de paja, tallas en madera detalladas y guardianes de piedra, hacen del lugar un sitio cuya energía se siente diferente desde tu ingreso, y para ello debes hacerlo con todo respeto, así que te facilitan un "Sarong" o pareo que debes ceñirte alrededor de la cintura, pues ellos consideran que de la cintura hacia abajo es impuro, siendo necesario cubrirte esta zona con tela hasta los tobillos; estos Sarong son suministrados a los turistas a la entrada de los templos. Para los santuarios, ornamentos e imágenes que sean consideradas como deidades, es la comunidad la encargada de “vestir” la parte inferior, casi siempre con telas de cuadros blancos y negros que simbolizan la dualidad entre el bien y el mal o amarillas que simbolizan la santidad. El Templo Pura Puseh Batuan, no solo emana altas vibraciones espirituales, que hasta los más escépticos logran sentir, sino que también representa un gran valor histórico por todas las reliquias antiguas que posee. Finalizamos nuestro día descansando en la piscina de la villa del Hotel, para recargar las baterías, pues antes de nuestro recorrido planeado para el día siguiente, nos espera muy temprano en la mañana, una práctica de yoga antes del desayuno y así prepararnos para la siguiente ruta!. Los campos de arroz: encargados del color verde esmeralda de la isla según la época en que se encuentren o espejos de agua si están en la fase de brote del mismo. Su principal característica es que los cultivos son en terrazas escalonadas, con un sistema de riego antiguo pero funcional, en el que cada terraza se llena con la cantidad justa de agua, que después se filtra por los bordes para ir llenando las de más abajo. El arroz es uno de los productos más usados en las ofrendas a los dioses y es la base de la gastronomía tradicional; ellos cuentan con hasta 3 tipos de arroz (blanco, rosado y negro). En esta oportunidad fuimos a las Terrazas de Arroz de Tegalalang, una de las más famosas de Bali y cerca a la ciudad de Ubud. De las terrazas de arroz, pasamos al Tirta Empul, o el Templo de Agua Sagrada, donde los fieles acuden para purificarse. Allí hay un estanque donde el agua del manantial brota cristalina desde el suelo, antes de ser desviada a las piscinas que representan la vida pasada, la presente y la futura; y están las fuentes purificadoras que tienen poderes medicinales, donde haces tu oración/petición, poniendo la corona de tu cabeza debajo de la fuente para decir tu mantra personal; la primera de las fuentes es usada para limpieza de los chakras y las otras para las peticiones especiales y limpiar las diferentes emociones, que son necesarias para mantener en armonía tu energía; pero cuidado, las dos últimas fuentes solo son usadas para bañar cadáveres, así que debes asegurarte de no usarlas (una buena razón para tener guía en la visita al templo, no?). En este templo también encuentras áreas que se utilizan a diario para colocar las ofrendas y espacios destinados para las ceremonias y la oración, donde solo está permitido el acceso a los fieles. Desde este Templo puedes ver en lo alto de la colina, un edificio moderno que se conoce como el Palacio de los Presidentes. Siendo mi esposo cafetero, no podíamos dejar pasar la oportunidad, estando en Bali, de probar el “Luwak Coffee” en el Oka Agriculture Bali, donde además de una hermosa vista y una increíble catación de tés, logramos probar el famoso Café Luwak; un café especial, hecho de las cerezas del café que son procesadas en el sistema digestivo del luwak o civeta (mamífero silvestre que vive en las selvas de Indonesia), dando como resultado un café suave, considerado como uno de los mejores y más costosos a nivel mundial. Saliendo del Café y dando por finalizado nuestro recorrido turístico, nos encontramos con una peregrinación que iba camino a una celebración religiosa en algún templo cercano; en un ambiente festivo y bullicioso lleno de color, música, donde los balineses visten con sus mejores trajes tradicionales y las mujeres llevan frutas en una canasta sobre sus cabezas para ofrecerlas como ofrendas; creando así una escena verdaderamente espectacular. Nuestra última parada, por recomendación de un amigo, fue en un restaurante vegano colombo-italiano, llamado Casa Curandera, así que Andrés y Willy nos dejaron lo más cerca que podía ingresar el auto y de allí, empezamos a caminar mi esposo y yo, en medio de la lluvia: estábamos relajados, no había prisa y en “modo Bali”, así que en medio de risas y después de mucho rato de perdernos y preguntar en los callejones estrechos, con hostales y casas locales, logramos encontrar al menos un letrero que nos anunciaba que íbamos en el camino correcto… (por fin, ya tenemos hambre!) bajamos en medio de la selva por un sendero y encontramos al final un pequeño pero precioso restaurante, que cuenta con su propia granja, tiene tan sólo dos mesas bajas para sentarse en el suelo, una mesa larga y un pequeño sofá de donde logras contemplar el paisaje; es en este sitio, donde puedes disfrutar de una deliciosa comida casera junto al río, con un menú que va desde arepas rellenas, lasañas, sopas hasta ensaladas frescas recolectada de su jardín. Un sitio único, un delicioso restaurante que te nutre el alma, la vista y todos tus sentidos!. Regresamos al Hotel en transporte local y dedicamos nuestro tiempo restante a descansar, a disfrutar de las instalaciones y del mejor spa en el que hemos estado, ubicado en medio de la selva, a donde llegas por unas pasarelas cerca al río, que logran conectarte con la naturaleza. Fueron unos días increíbles, donde logramos conocer un poco de lo mucho que tiene Bali para ofrecer; donde entendimos que los balineses viven por y para su religión; donde todo está lleno de simbolismo y nada es al azar; donde cada ofrenda es una plegaria y un agradecimiento; donde el tráfico en las estrechas calles no da lugar a peleas, pues si “hoy fue el otro quien se equivocó, mañana puedo ser yo"; donde todo está en completa armonía, cada velita de incienso es una plegaria que se eleva al cielo y su humo entrega las oraciones al universo. Así que solo me resta decir: GRACIAS a la Tierra de los Dioses, por mostrarnos sus encantos, desde el fondo del alma! TERIMA KASIH! (Gracias!)






































































































Con cada palabra de esta entrada pude sentir la mágia de la Isla de los Dioses, gracias por contar historias que se sienten como un abrazo para el alma.
Me encanta este post. No conozco Bali, pero me logré emocionar y transportar a lo más cercano que me puedo imaginar como un paraíso tropical. Me encantaría tener la oportunidad de conocer algún día la Tierra de los Dioses.
Espectacular post! Cada vez mejores! se describe con detalle la majestuosidad del lugar.