Maratón de Tokio 2025: "The Day We Unite" (El día en que nos unimos)
- Analu
- hace 6 días
- 7 Min. de lectura
"Cuando realmente quieres algo, no hay obstáculo que te detenga”. Creo que ésta podría ser la frase para definir la maratón… porque bueno, ya habrá espacio para hablar de Japón, su cultura y su gente, pero ahora, vamos a contar lo que fue para nosotros la Maratón de Tokio 2025.
Como toda historia, ésta también tiene su inicio, y creo que todo comenzó, justo al cruzar la meta en la Maratón de Londres 2024; aún con el corazón latiéndole fuerte, con la medalla colgando del cuello y las piernas temblando, sucedió lo inevitable: ya estaba pensando en la siguiente de la lista: Tokio 2025 y así seguir completando el sueño de correr las Seis Grandes Maratones. Otro país, otro clima, otra cultura, otro desafío logístico y una vez más, las ganas de lograr un mejor tiempo personal.
Así que, vamos a contar las dos versiones de la misma historia, desde mi punto de vista como Narradora, perteneciente al Equipo de Apoyo Emocional y desde el punto de vista del Maratonista:
Conseguir el cupo: una maratón antes de la maratón.
Inscribirse en la Maratón de Tokio cuando no eres japonés puede ser un verdadero desafío. A diferencia de las otras grandes maratones del mundo, Tokio tiene un proceso de inscripción más cerrado y con muchas barreras, especialmente para corredores internacionales, no residentes en Japón. Tokio es parte de las "World Marathon Majors" (las Grandes Maratones), y como tal, la demanda es altísima, con decenas de miles de personas luchando por un cupo limitado, a través de un sorteo global (gratuito pero altamente competitivo), un cupo solidario (charity) con recaudación de fondos para instituciones benéficas, y con agencias oficiales autorizadas por la organización, con paquetes que incluyen la inscripción garantizada y el alojamiento, una opción que no es económica, pero quizás la forma más realista para participar en la maratón. Así que una vez aprobada esta última opción como inversión familiar, y después de haber agotado las otras opciones, el maratonista sigue preparándose para el Gran Día.
El Maratonista:
“Sabía que era una de las carreras más difíciles para conseguir un cupo, así que desde el principio supe que necesitaría insistencia, paciencia y… algo de suerte. Mi primer intento fue a través de la categoría "Charity", con el apoyo de mi amigo japonés Takahashi-San, quien me aconsejó cómo aplicar; lamentablemente, no fui seleccionado. Luego estuve muy atento a las fechas y apliqué a la famosa “lotería de inscripción”, pero tampoco tuve suerte allí. Como último recurso, Takahashi-San, me propuso cenar con el presidente de Pocari, uno de los patrocinadores oficiales del evento, para contarle mi caso y ver si existía alguna posibilidad de ayuda. Durante la cena, él me explicó amablemente, que era prácticamente imposible, pues sólo tenían dos cupos para corredores en Filipinas, y ya habían sido asignados; aun así, con una sonrisa y como gesto de apoyo, me regaló una “toalla facial de Pocari”… no era lo que esperaba, pero lo agradecí de igual forma. Después de agotar todo, decidimos buscar el cupo a través de una agencia. En Colombia no existe esa conexión, así que optamos por una agencia Argentina… Era la única forma real, de estar inscrito en la carrera”...
La visa: el segundo obstáculo en el camino…
Como colombianos necesitamos visa para entrar a Japón, y como vivimos en Manila, nos informan desde el consulado, que el trámite estaba tardando hasta tres meses para su asignación, lo que nos dejaba fuera de la carrera…
El Maratonista:
“Una vez más, recurrí a mis amigos y socios japoneses con quienes trabajo, que me ayudaron a gestionar una visa de negocios. Claro, eso también significó que una vez aterrizara en Japón… ¡tenía que asistir a algunas reuniones de trabajo el viernes previo a la carrera!”, pero no había problema, pues lograba tocar puntos importantes de la oficina y estar para la fecha, en Tokio.
La llegada a Tokio…
Equipo de Apoyo:
Volamos desde Manila el jueves en la noche, para alcanzar a estar el viernes temprano en las reuniones, y alcanzar a visitar la Expo al final del día, para recoger el número dorsal y el kit de carrera. El sábado, nos dimos tiempo para ajustar cada detalle logístico, incluyendo mi trayecto en metro que debía hacer sola el día de la carrera, para encontrarme con los amigos que serían parte del Equipo de Apoyo.
Correr en Tokio: otra dimensión.
Muy temprano, el domingo por la mañana, él partió rumbo a la salida con su dorsal 25390. Yo tomé el metro con nervios, cruzando los dedos para no perderme en la estación cambiando de línea, pues sería fatal para el desarrollo logístico del día. Correr la maratón de Tokio tiene una energía muy particular: silenciosa pero profundamente poderosa. A diferencia de otras maratones, aquí el respeto y la organización marcan el ritmo. Las calles se llenan de ciudadanos que, sin hacer mucho ruido (porque gritar a todo pulmón y agitar bandera no está bien visto) sostienen carteles, ofrecen sonrisas y crean una atmósfera de apoyo sereno, casi ceremonial.
El Gran Día:
Equipo de Apoyo Emocional:
Nos encontramos todos los integrantes del Equipo de Apoyo, esta vez conformado por un par de amigos japoneses, otro amigo colombiano y yo; todos listos y emocionados para hacerle barra a nuestro maratonista. Como ellos eran locales y gracias a los mapas proporcionados por la organización, teníamos claro el recorrido por dónde podíamos verlo pasar. Así que nuestro primer objetivo fue buscar el punto de los 30 kilómetros, un momento crítico donde seguramente el maratonista ya estaría sintiendo cansancio; así que, con la sorpresa de encontrarnos en ese punto, logramos “inyectarle” energía para continuar hacia su meta…
El Maratonista:
“El día de la carrera amaneció frío. Salí temprano del hotel en los buses asignados por la agencia para nuestro desplazamiento, así que llegando al punto de salida, debía buscar el número de mi corral y esperar pacientemente el momento de la salida; pero ni el frío ni los nervios importaban: el ambiente era vibrante, lleno de emoción contenida”.
“Desde el inicio sentí que el cuerpo respondía bien, manteniendo el paso objetivo, para buscar menos de 3:20 y lograr la clasificación a Boston; pero Tokio me desubicó. Aunque había estado antes en la ciudad, me sentí perdido. No reconocía las calles, así que sólo debía dejarme llevar… pero en alguna parte del recorrido, cuando me crucé con los corredores élite, los vi tan cerca, tan enfocados… fue inspirador. Los primeros kilómetros con el frío fueron favorables, pero luego el sol salió con fuerza y todo se volvió más difícil. Las piernas pesaban y el ritmo se volvía cada vez más mental”.
“La organización fue impecable: puntos de hidratación perfectamente ubicados según tu número de dorsal, sin aglomeraciones, sin caos, y lo más impactante: ni una sola basura. Cada corredor encontraba lugares exactos para dejar sus residuos, y cada calle lucía tan limpia como al inicio”.
La llegada: pura emoción...
Equipo de Apoyo Emocional:
Nos dirigimos al punto de llegada, donde nos encontramos unas barreras blancas que no nos permitían acercarnos a la línea de meta, pero logramos encontrar un espacio casi al kilómetro 40, donde lo vimos pasar, con cara de “ya no puedo más”, pero con una sonrisa que iluminaba su cara. La meta no era sólo cruzar los 42 kilómetros, era vivir la experiencia completa, lograr los objetivos y demostrar una vez más, que la disciplina es la parte fundamental de todo entrenamiento…
El Maratonista:
“A medida que me acercaba al final, el cansancio era inmenso, pero la emoción crecía. Crucé la meta con un tiempo de 3:17:42, logrando no sólo terminar la carrera, sino también mi clasificación a Boston. Este último tramo costó, era puro corazón, con una mezcla de alivio, alegría y gratitud inmensa. Y una vez crucé la meta, algo inolvidable: la calle de honor; una fila de voluntarios y organizadores aplaudiendo y haciendo reverencia a cada corredor. Un gesto de respeto profundo que te toca el alma”.
“Tokio no fue sólo una maratón, fue, como dice su eslogan, "el día en que nos unimos" y recordamos que juntos, con el corazón, todo es posible".
Un final de película:
Como en toda buena historia, al final sólo quedan las emociones, la gratitud y los recuerdos, y ésta, fue mucho más que una maratón: fue un recordatorio silencioso de que los sueños de correr, no se alcanzan sólo con las piernas, sino con el corazón y con el alma entera.
Así que con las dos versiones, seguros que las narraciones se ajustan a los hechos, a la emoción del momento vivido, a la satisfacción de un trabajo muy bien logrado, y de un sueño más cumplido, sólo nos resta decir: Felicitaciones amor, estamos muy orgullosos de ti!!!. Y con las emociones que llenan el alma de felicidad; en los créditos sólo nos resta decir:
Gracias a Dios y al Universo, por permitirnos competir en una maratón más…
Gracias a Japón, que con disciplina y organización nos demuestra que el valor de una sociedad se mide en el respeto y el cuidado de los pequeños detalles…
Gracias a los chicos de la oficina, quienes con una recarga de energía rinden homenaje anticipado al esfuerzo y dedicación…
A Juliana, que sigue elaborando los planes de entrenamiento desde Colombia y que está pendiente hasta el último momento con sus palabras de apoyo…
A Takahashi-San, quien viajó desde Manila para acompañarnos y encargarse hábilmente de la interpretación del recorrido en los mapas del evento…
A Germán y su esposa Kioko, quienes avisaban cuando la app decía que estaba a “tres cuadras” y fueron parte fundamental del registro fotográfico y vídeos para no perdernos detalles…
A la familia, que nos acompañó con el corazón y siguió desde lejos el recorrido…
Gracias a todos por su apoyo incondicional, fue más importante de lo que cada uno de ustedes logra imaginar.
Así que sólo nos resta decir:
GRACIAS A TODOS POR TANTO!!
ARIGATÔ GOZAIMASU!!!


Acompañé de corazón desde USA al maratonista pero, con esta narración sentí en vivo la competencia, felicitaciones a todo el equipo.
Felicitaciones, que hermoso relato, aplausos al equipo de apoyo y por supuesto al maratonista
Buena Gus! Agotando el Lobby y las PR hasta el final! 42 más al bolsillo y Sidney a la vuelta de la esquina! Grande! Ani tu apoyo siempre ahí firme eso lo es todo!
Que linda experiencia, tienes una manera de narrar tan honesta y humana que es imposible no sentirse tocada!! Felicidades al campeón de la maratón y a la campeona de las palabras!!
Rana, un relato muy emotivo que transmite las emociones de cada momento del proceso.
A Custy, un verdadero triunfo que merece la pena resaltar y guardar para siempre en el corazón
A todos dos, la satisfacción de un sueño cumplido.
Muchísimas felicitaciones