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Aniversario, cumpleaños y fechas varias!!!

  • Foto del escritor: Analu
    Analu
  • 17 feb 2021
  • 4 Min. de lectura

Bueno, como todo hay que contarlo, paso a narrarles una historia de la que no sabrán cifras puntuales (en ninguna moneda), pero es divertida y seguro pasará a la historia familiar por mucho tiempo!! Acostumbramos a salir a caminar en la noche por los alrededores del apartamento, sin rumbo definido, pues es una de nuestras formas de compartir tiempo juntos, ponernos al día en historias y porque no, hacer algo de ejercicio... al menos para mí! A finales de diciembre, 29 para ser exactos, estando en una de esas caminatas nocturnas, vimos un restaurante “sencillo”, en los bajos de un edificio de oficinas aquí cerca; se veía hermoso desde afuera, así que decidimos entrar a preguntar y el chico que nos recibe en la puerta, nos dice que es un restaurante japonés, pero que debemos tener reserva y solo hay espacio para el 9 de enero... así que decidimos apuntarnos y porque no, probar sabores diferentes... La verdad hasta el momento no hay nada raro en la historia, pues por tema de pandemia los restaurantes y los lugares públicos tienen una cantidad de aforo reducida y pensamos que era el caso de nuestro restaurante recién descubierto... Los días transcurren y ese sábado, en horas de la mañana mientras hacíamos las vueltas que acostumbramos, mi esposo recibe una llamada del restaurante (que casi no ubica porque realmente habíamos olvidado el tema) recordando la reserva para ese día a las 8:30 pm... Bueno, en la tarde nos encontramos con los amigos y decidimos comer helado y cuando les contamos que teníamos reserva, les dijimos que pensábamos pedir quizás algo ligero, para compartir entre ambos y así probar nuevos sabores... Se llegó la hora, salimos como Rinrin Renacuajo “muy tiesos y muy majos” y nos fuimos a cenar.... Al llegar, nos ubican en la barra al frente del chef y nos reciben con una entrada, algo así como una “gelatina” deliciosa... nos entregan la carta de bebidas donde solo había sake, nada de vinos o cervezas, a lo que nos decidimos por agua... mi esposo pide la carta y el mesero muy amablemente nos explica que es una experiencia que consta de 12 platos en total y que él nos irá explicando en que consiste cada uno... es en este momento, donde sospechamos que no será el precio de un “corrientazo “, pero bueno, ya entrados en gastos y sentados en el restaurante dijimos: disfrutemos el momento, probemos nuevos sabores y celebremos nuestro primer aniversario de la boda civil; incluso llamamos al amigo que nos ayudó con el tema del matrimonio civil en la notaría en Colombia, pero no logramos comunicarnos con él... La verdad: los sabores, increíbles; nos explican que todos los ingredientes llegan frescos de Japón todos los sábados; es impresionante ver al chef preparar el sushi, con una destreza como de película; la verdad fue una experiencia deliciosa, nunca había probado sushis y “sopitas” tan extrañas pero de sabores incomparables; cada plato era una aventura: te explican que es preparado con el hígado de algún pescado exótico, o con la pechuga de pato salvaje, o un bacalao negro de temporada, en fin... mil sabores por descubrir... Finalizamos los 12 platos, estratégicamente organizados para que tu experiencia dure una hora exacta; así que una vez finalizada la comida, llega la hora de pedir la cuenta, y cuando llega... (cabe anotar que a estas alturas necesito gafas para enfocar de cerca) no logro ver los números, pero sí la cara de mi esposo que solo cuenta las cifras, y palidece de forma espontánea a lo que me doy cuenta que el corrientazo es más grave de lo que imaginamos... Él busca cuál tarjeta de crédito puede pasar y con tan solo un “Gracias, estaba delicioso todo” salimos del restaurante... caminando a casa, en un silencio angustiante, casi catatónico, le pregunto por el valor de la cuenta y casi después de dos cuadras logro obtener la información... cifra que no voy a revelar en este blog y los amigos cercanos que ya conocieron la historia, entienden porque no puedo decirla; pero créanme que si hubiéramos sabido tal valor, quizás habríamos esperado un momento mega-especial, o hasta ni hubiéramos asistido pues la cifra no logra ajustarse a ningún presupuesto familiar... sería por eso que el amigo en Colombia no nos contesto? Porque de seguro habríamos dividido la cuenta en tres!! Jajaja... Días después hablando con unos amigos que son chef y a quienes les contamos la experiencia, más a modo de catarsis y no como una queja, nos explican que antes nos salió “económico” pues ese chef es considerado el mejor chef de comida japonesa aquí en Manila y el restaurante tiene xx estrellas Michelin... mejor dicho: la sacamos “barata”, jajaja... Una experiencia inolvidable; no solo por el precio que pagamos, sino porque la disfrutamos, probamos sabores increíbles que jamas en la vida habíamos comido, y bueno, la vida hay que disfrutarla y gozarla... Que sea esta comida la celebración de los siguientes 5 aniversarios, los próximos cumpleaños y cualquier fecha especial que encontremos, pues como para volver... mmm, jajaja.... esperemos el Baloto mejor!!!





 
 
 

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